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La Psicología Analítica y El Tango

Por el Lic. Ignacio Lavalle Cobo
 

"Investigamos al Tango desde el paradigma del Inconciente Colectivo

y los Arquetipos de la teoría de Carl Jung

para rastrear lo transpersonal y recuperar lo ritual."

 

El tango, cualesquiera sea su manifestación, pero por sobre todo desde la danza, remueve arquetipos fundantes, esenciales de la estructura psíquica del ser humano. A través del prisma filosófico y antropológico de la psicología de C. G. Jung podemos apreciar cómo juegan estas estructuras basales sobre la constitución del psiquismo. Los arquetipos (de arque-tipo: primer sello) denominados anima (alma) y animus (espíritu) que contienen el psiquismo del hombre y la mujer respectivamente sobre el inconsciente personal como colectivo, son manifestados proyectivamente, en esencia, sobre el juego de los cuerpos puestos de relieve en la danza. Tanto a través de las letras como de la observación de la pareja en el abrazo reconocemos estos arquetipos actuando y remitiendo a la vida de los bailarines: el tango se devela a sí mismo como una metáfora de la vida.

El elemento cultural se filtra a través de los mismos remontándolos sobre rieles arcaicos, manifestando, a su vez, sedimentos psíquicos encastrados sobre generaciones precedentes. Siempre encontramos en sus diversas expresiones motivos del pasado: de pérdida, de dolor, de valentía, de amor y de esperanza. Sobre esto asentamos su base para poder pensarlo como avío psíquico. Desde ahí es en dónde comenzamos a sospechar sobre la potencia de tal.

El tango no media la razón sino que percibe y comanda las imágenes primordiales de la humanidad, del sentimiento de una especie que pierde constantemente su sensibilidad y que constantemente va en la búsqueda de ella. Esta es la lucha del héroe, manifestada en prácticamente todas las mitologías y simbologías de grupos étnicos a lo largo de la historia mundial: es la contienda del protagonista de la vida de encontrar su esencia interior, atravesar los avatares más drásticos para finalmente reconciliase e integrar su alma. Son motivos que no han dejado de prevalecer incluso sobre los humanos modernos.

Encontramos entonces, que el tango no solamente es un revelador de lo sombrío (lo inconsciente relegado) sino que, guiado correctamente, es un excelente facilitador y catalizador de cambios. Por su profundidad, penetra motivos existenciales hondos: es desde la fundamentación arquetípica, raigal, que podremos develar y significar el motivo de tal apelación. Necesitamos vislumbrar los aspectos existenciales profundos para conocer sus motivos y designio. La arquetípica Junguiana: anima-animus, máscara, sí-mismo, etc., como los aspectos mitológicos griegos, judeo-cristianos y latinoamericanos nos facilitarán comprender el accionar del tanguero. Es ahí desde donde nos reencontramos una y otra vez, en lo común, mediante el pleno abrazo. Parecería ser que al tango siempre se llega volviendo.

* Artículo original publicado en Psicotango

 

   
 
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